Su
hermosa opción está en proyectar a planos imaginarios un contenido
histórico, trágicamente real, que no sólo guarda su sentido más
preciso, sino que multiplica su fuerza en la otra imaginación, la de
ese lector que ahora entra en la casa, que tiende la mano hacia la
primera puerta, por supuesto prohibida, por supuesto fascinante,
abriéndose un recinto en cuyo extremo hay una segunda puerta, por
supuesto prohibida, por supuesto fascinante.
Invitación
a entrar en una casa,
Julio Cortázar.
Prólogo
del libro de cuentos La
tarde del dinosaurio,
de Cristina Peri Rossi.
Julio
Cortázar y Cris es el último libro que ha publicado Cristina Peri Rossi, la prolífica y
extraordinaria escritora uruguaya afincada en Barcelona. Pero no el
último escrito. Faltaría más. Su creatividad es imparable. Su producción también. Hace ya
muchos días, allá por principios del pasado julio se presentó Julio y Cris en la
librería Helios. Una librería en blanco. Para escribir vida y ficcionar encuentros. Con cafetería, espaciosa,
luminosa y con un aire equilibrado entre el acondicionado y el natural. Un espacio acogedor que no conocía. De esas librerías
que invitan a leer y a amar en secreto desde las líneas perdidas de una carta que nunca llegará a su destino. Incluso a comprar.
Se
cumplen ahora cien años del nacimiento de Julio Cortázar y treinta
de su muerte. Cristina Peri Rossi empieza su charla agradeciendo al dueño de
librería Helios, donde ella escribe y pasa buenos ratos -lugar de
escritura, dice-, a la cónsul de Uruguay, Noelia
Martínez, a Silvia Roig que amorosamente le está rehaciendo su
página web, a Nuria Amat sin cuya cariñosa presión
difícilmente hubiera escrito este libro, a Carles Duarte, poeta, y a
Helena Castro, que da clases en EEUU de poesía y literatura y
escribe también poesía de amor de mujer. Helena será su
interlocutora y hará una breve introducción del libro. Justo cuando
están empezando el relato, detrás de los ventanales pasa una
nutrida manifestación a favor de Can Vies: Can Vies no es toca, les
companyes tampoc. Llibertat detingudes.
Cristina Peri Rossi insiste en que la presentación será, es, breve e informal. ¿Cómo
surge el libro? El libro tiene dos partes. Se trata de un resumen de
los pequeños momentos, no de unas memorias de su amistad con Julio
Cortázar. Esto no es un libro sobre Julio Cortázar o del amor de
Julio Cortázar por Cristina, es un libro de Cristina sobre el amor
por Julio Cortázar. Amor correspondido, advierte Helena. Y es que
si Los 15 poemas de amor a Cris que Julio Cortázar le escribió
aluden a la imposibilidad del amor cortés, en realidad, su amor es
un amor con vocación eterna, pero no porque fuera imposible, no,
sino por todo lo contrario, porque era posible hasta la extenuación
en la imperiosa necesidad de los mundos compartidos.
Cristina Peri Rossi explica que la primera parte se escribe al pulso de Nuria Amat y
ocurre hace años. Recuerda que su amistad con el escritor argentino duró diez años, de 1973
a 1983. Emerge la anécdota del banquito para alargarle la cama a los
pies de Julio en el piso de exiliados de la Meridiana. También
repasa la época en la que pasaron días de vacaciones en Deià
(pueblo de Dios) y cómo Julio fue de las pocas personas que la vio
escribir. Eso ocurrió en Deià. De hecho la gente piensa que mis
libros se escriben solos, añade con humor. Por aquella época andaba
sumergida en su novela La nave de los locos.
- Vas
a escribir una gran novela -le auguró Julio.
Éramos
unos cuantos exiliados, mayores de 40 años, fumadores empedernidos.
Y bajábamos a una cala cuyo acceso era muy accidentado. Para colmo
la cala tenía poca arena y no había parasol. Cuando volvíamos,
subíamos doblados. Para que os hagáis cargo de cómo podía ser
una conversación nuestra, va Julio y dice:
- Che,
¿cómo se llama esta cala?
- Che,
yo qué sé cómo se llama esta cala.
- Se
tendría que llamar cala-midad.
Las
conversaciones entre Julio y Cristina tenían un aspecto más lúdico
que sesudo. En contra de lo que una se puede imaginar entre dos
intelectos y compromisos humanos de este cala-do. La gente cree que
cuando dos escritores se juntan hablan de libros, pero eso no es así,
hablan de libros los profesores y los críticos, apunta Peri Rossi.
Ni
a Julio ni a Cristina les gustaba el ejercicio físico. Julio y Cris
siempre eran los últimos de la expedición. Cristina, por ejemplo,
arrastra problemas respiratorios no solo de su época de fumadora, de pequeña sufrió una tuberculosis.
- Nadie
puede ser un buen escritor si le gusta el ejercicio físico -provoca
Cristina Peri Rossi.
La
amistad intensa entre Julio y Cris se sucede entre los años 1975 y
1980.
- Conversar
no produce dividendos, solo placer, afecto, cariño... El tiempo
para nosotros no es un dividendo económico. La amistad es una
religión, afirmaba Borges –explica Cristina. Con mi amiga Luisa, ¿Luisa? Allí está. La primera vez que nos vimos estuvimos, ¿cuántas?,
nueve horas de café en café...
Julio
Cortázar era un hombre de intereses muy amplios. De lo único que
quizás no sabía era de fútbol, pero por ejemplo, le encantaba el
boxeo, Luna Park. Existe el prejuicio de que la cultura es un tema
serio. Mientras la ciencia es certeza, la cultura es complejo, duda,
punto de vista. Lo divertido y lo serio no se contradicen, se
complementan. Aquí me asalta uno de los lemas de cabecera del
maestro Gila, gracias al cual le estreché la mano a Cristina Peri
Rossi por primera vez en la UB, el humor es una cosa muy seria.
El
discurrir de los argumentos, las historias, los diálogos y el tejido tanto de la
gramática como de la semántica de Cristina Peri Rossi no solo
despierta carcajadas de placer, sino que es como un cuento de las
mil y una: no quieres que se acabe nunca. Cristina Peri Rossi habla despertando el mismo interés que cuando escribe, y eso no ocurre con
tod@s l@s escribidor@s.
- Che, ¿cuál
es la mejor librería de Barcelona? -pregunta Cortázar en una de sus visitas.
- Para
mí la Laie -responde Cristina. Por aquel entonces era la única que
tenía servicio de cafetería.
- Vamos,
que tengo que comprar libros para Nicaragua.
Como
siempre entonces, no había nadie, apostilla la Cristina del
presente.
- ¿Qué
querés mandar?
- Solo
libros escritos por homosexuales.
- ¿Qué?
- Solo
libros escritos por homosexuales.
- Solo
libros escritos por homosexuales...
- Monge
quiere escribir.
Monge,
el ministro del Interior nicaragüense, era homófobo, entre otras cosas, señala Cristina.
- Me
ha pedido que le enseñe. En cuanto lea a Kavafis le va a encantar. Entonces le diré, ¿te gustó? Pues es homosexual. ¿Y Wilde? Pues también. Y así con todos.
Él
era muy consciente de lo que defendía, remarca Peri Rossi. Hay que
estar adentro para cambiar las cosas, decía Cortázar.
La
segunda parte del libro son los escritos que tienen que ver con la
ausencia y la muerte de Cortázar.
- La
diferencia más grande que teníamos era su gusto por lo
sobrenatural, por lo extraordinario, por lo que no se puede explicar
con la razón. Yo siempre procuro buscar lo racional pero me pasan
tantas cosas extraordinarias como a él.
El
inserto de lo sobrenatural, de lo extraordinario no es baladí, de
hecho se revela como fundamental. Cristina penetra en los días en
que la enfermedad tenía secuestrado el cuerpo de Cortázar. Habla
con Aurora, la primera mujer de Cortázar, su amiga siempre, su
testaferro ahora, todavía. La fragilidad, la vulnerabilidad, la
capacidad enorme de amar de una mujer de carácter y franquezas como
es Cristina Peri Rossi, están tan intrínsecamente vinculadas a su
escritura como a su vida.
- Si
me necesitás, voy, pero no sé si lo voy a poder soportar...
- No
vengas, no vengas, porque está como una burbuja.
Ese
día el teléfono empezó a sonar. Me voy fuera de Barcelona, decide
Cristina. Cuando volví los ladrones habían intentado abrir la
puerta. Esa noche estoy con insomnio, con pastillas, escucho un
estruendo. ¿Qué ha pasado? Terra Lliure ha puesto una bomba. La
catástrofe que convocó la muerte de Julio Cortázar. El primer
libro que me regaló Julio fue un diccionario en francés sobre la
adivinación. Cada vez que hacemos un acto de homenaje a Julio
Cortázar pasan cosas y se oyen ruidos extraños. Hoy pasó la manifestación de Can Vies. Y el altavoz de la derecha no paró de hacer ruidos extraños. Y luego todas las cosas que no vemos, no escuchamos, no sentimos pero están ahí, al otro lado de la puerta, por supuesto prohibida, por supuesto fascinante.
El PIB, el producto interior bruto de un país no está relacionado con el
dinero sino con la felicidad que es capaz de generar, afirma Cristina Peri Rossi. De nuevo
Cristina Peri Rossi nos recuerda que un ejemplo ético como el de
Julio es muy difícil que se de en al actualidad. Destinaba la mayor
parte de sus réditos a su madre, a su hermana, a Nicaragua y a la
revolución cubana. Rememora Cristina un día en que Gabo cerró el
restaurante Reno para un grupo de escritores entre los que se
contaban ellos. Vamos a charlar comiendo, parece que los invitaron de
esta guisa. Parto de la base que tengo dificultad para hablar y comer
al mismo tiempo, advierte Cristina.
- Che,
el tiempo que pierden en comer -dijo Cortázar.
Su
misión era escribir.
- Soy
inmortal -le decía Julio a Cristina a veces, a sabiendas que la
ponía de los nervios cada vez que lo oía decir eso.
Por
supuesto dicha afirmación nada tenía que ver con ínfulas de gloria
literaria o vanidades insoportables varias. Tenía que ver con lo
extraordinario, con el ser Cortázar que lo ocupaba, con el cronopio
avezado que ve más allá de lo aparente, con una mirada oblicua que penetra puerta tras puerta y nunca tiene miedo a lo desconocido, con el tiempo que somos
todos y que aun muertos seguimos siendo.
De
ahí que Cortázar siga vivo. Quizás escribiendo en arena mojada
para los pájaros. Quizás abriendo puertas infranqueables para los exploradores que venimos desde atrás. Quizás contemplándonos amoroso mientras ascendemos calas de especial dificultad mientras nos preguntamos si estando dentro conseguiremos algún día hacer más habitable este mundo de mundos.
P/D. Una noticia: en septiembre nuevo poemario de Cristina Peri Rossi. La noche y su artificio. Creo que será uno de mis mejores poemarios lírico-erótico-sensual-sentimental con pequeñas dosis de ironía delicada en algún poema. Cristina cree, yo estoy convencida.
(*)
Fotos de Gertrudis
Losada
3 comentarios:
¿Te puedes creer que justo hoy he sabido de la existencia de este libro? La presentación me pilló ya en Soria, pero me hubiera encantado ir... Me hace gracia porque entrevisté hace años a la Peri Rossi y me contó exactamente las mismas anécdotas sobre Cortázar. Yo soy muy fan de la Peri Rossi (cómo no) pero tampoco soy crítica con ciertas cosas, pero esas ya las comentaremos en persona en Casa Tía Julia :)
Estuve por ahí el dia de la presentación, y me he quedado sorprendido de la fidelidad con la que relatas lo que Peri Rossi contó.
Quería refrescar en mi memoria la presentación, y lo aquí escrito me ha servido mucho.
thanks.
V.
Nuria, nos vemos prontito!
Vigo, procuro ser todo lo literal que puedo sin traicionar en la composición de las piezas de corte 'crónica' y/o 'entrevista' el sentido con que las cosas se dijeron. Muchas gracias por tu comentario, espero que disfrutes del libro que es estupendo! Como todo lo que crea esta mujer impagable. Saludos afectusos
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