THE LESBIAN SISTERS

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Fotos de Eugenia Gusmerini

martes, 24 de mayo de 2016

La estrategia del dolor máximo y sus múltiples variables (I)



Gasean a los refugiados y algunxs de mis amigxs gritan desesperadas: ¡BASTA!  Lo hacen a través de las redes sociales. Pero puedo escuchar su dolor. Nítido. Tiene la contundencia y la intensidad de lo insoportable. Ahora ya está claro que podemos sufrir por todo, y sin fin. Ahora queda demostrado. 
¿Quién aplica la estrategia del dolor máximo a discreción bajo la óptica de noticias, testimonios, imágenes, audios y películas del horror? ¿Quién regula estos misiles? ¿Por qué nos duelen más estos refugiados que cualquier otro u otra desgraciada del mundo? Quizás porque somos nosotros en versión cerca, quizás porque está dejando de hacer efecto el somnífero del sufrimiento continuo.
La mayoría ya nos hemos insensibilizado. Reconozco que no me siento culpable. ¿Debería sentirme culpable por no sentirme culpable? ¿Por qué nos duelen más unos dolores máximos ajenos que otros? ¿Unas ignominias más que otras?
Lo único que sé es que debo seguir cada día procurando que mi entorno y las personas que lo componen seamos más comprensivos, aceptemos mejor el presente y sanemos nuestras heridas. He leído hoy en una de esas entrevistas de la contra de La Vanguardia un titular que me ha impactado. Está en uno de los libros recopilatorios titulado El amor sabio. Tras forrarnos de traumas, nos aplican la cultura del esfuerzo. Regreso al libro para transcribir con exactitud y me encuentro con el titular verdadero: Tras forrarse con trampas nos aplican la cultura del esfuerzo. Me río de mi dislexia. El agotamiento me puede. Los dos titulares me funcionan para lo que quiero decir. Son complementarios. La autora del publicado es la filósofa Eva Illouz.
Regreso al inicio de este escrito y me doy cuenta de mi multipolaridad. Pasamos del dolor y el llanto al sentido del humor y la risa en apenas unas líneas. Soy incapaz de juzgar si es bueno o malo. Sano o desquiciante. Quizás solo es así y así debe ser.
Después de todo, sigo siendo una modesta activista del entorno. Si se puede, se puede. Si no se puede, se espera una a poder.

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