THE LESBIAN SISTERS

THE LESBIAN SISTERS
Fotos de Eugenia Gusmerini

viernes, 3 de agosto de 2018

YO NO SOY CHÉJOV. Diálogo de una dramaturga y una actriz camino de la playa.




ACTRIZ.- ¿Qué te pasa?

DRAMATURGA.- Creo que me han afectado al ego los comentarios del chico que me pidió la obra.

ACTRIZ.- ¿Qué te dijo?

DRAMATURGA.- Que él había estudiado con Chéjov y se le había afinado el sentido de sugerir y que en mi obra le había dado la impresión de que los personajes explican demasiado sus vivencias y sus circunstancias.

ACTRIZ.- Eso no es el ego, eso es machismo. Harta estoy de que nos juzguen hombres con reglas de hombres. Chéjov, Chéjov, Chéjov era un hombre y escribía como un hombre.

DRAMATURGA.- Le pedí su opinión sincera. Ha sido amable.

ACTRIZ.- Amablemente te ha dicho que no eres Chéjov y que Chéjov es el buen teatro. ¿Por qué? Porque han gobernado ellos siempre y ellos han puesto siempre las reglas.

DRAMATURGA.- También me ha dicho que la obra tiene cosas muy interesantes tanto de argumento como de personajes y de cara a una puesta en escena.

ACTRIZ.- Lo peor es que no hay consciencia. Están tan acostumbrados que o son autoritarios o paternalistas o, mucho peor, condescendientes.

DRAMATURGA.- Le he agradecido sus comentarios pero también le he dicho que me hallo en un momento en el que mis personajes me piden decir abiertamente.

ACTRIZ.- A los hombres no les gusta que las mujeres hablemos. Pues ya está bien de la dramaturgia del silencio.

DRAMATURGA.- Mira, tienes razón, los personajes femeninos de Chéjov son todos mustios y melancólicos. Como las pasivas agresivas de Woody Allen.

ACTRIZ.- Estamos hartas de ser o donas angelicatas o belles dames sans merci o mustias misteriosas arrebenías

DRAMATURGA.- Acabo de terminar un texto que se titula Piezas para actrices con lágrimas en el clítoris donde todos los personajes son femeninos y rajan de lo lindo. 

ACTRIZ.- Basta ya. Vamos a hablar. Vamos a rajar.

DRAMATURGA.- Uff, van a decir que no tenemos calidad. Tenemos todas tan integrado el sistema, yo misma me he venido abajo, me ha tocado... De hecho hay algo en mí que lamenta no ser Chéjov... ¿Será un anhelo infantil de pene mal resuelto?

ACTRIZ.- Qué curioso que Freud fuera un hombre.

DRAMATURGA.- Ver al fondo de todo la verdad oculta es muy difícil. De hecho, aunque todo parezca obvio, siempre hay algo más debajo, ¿no te parece?

ACTRIZ.- ¿No es el teatro el arte de lo efímero?

DRAMATURGA.- Quizás haya llegado el momento de dejar de hacernos tantas preguntas y dar algunas respuestas. Esto también se lo he dicho. ¿Quién decide qué es un clásico? ¿Cuáles son las reglas? Joder, me educaron para querer ser una clásica... Qué horror...

ACTRIZ.- Pues que sea efímero y muera, pero diciendo. Rajando, no callando. 

DRAMATURGA.- Sin subtexto. En obvio total.

ACTRIZ.- Sin subtexto. En obvio total.

DRAMATURGA.- ¿Cómo era aquel cuentito de los dos peces que están en el mar y no saben lo que es el agua?

ACTRIZ.- ¿El de David Foster Wallace?

DRAMATURGA.- Ése.

ACTRIZ.- Dos peces jóvenes nadando se encuentran con un pez más viejo que viene en sentido contrario. El pez viejo les saluda con la cabeza y les dice 'Buenos días chicos, ¿cómo está el agua?' y los dos peces jóvenes nadan un poco más y entonces uno de ellos se vuelve hacia el otro y dice '¿Qué diablos es el agua?'.

DRAMATURGA.- Es muy bueno. Sugiere. Estilo indirecto. Dice sin decir.

ACTRIZ.- Se suicidó.

DRAMATURGA.- La culpa la tuve yo. Le pedí su sincera opinión y me la dio.

ACTRIZ.- Nunca le pidas tu opinión a nadie que no conozcas. Si quiere que la monte, si no, pues adiós muy buenas.

DRAMATURGA.- La verdad es que la obra no está acabada, le falta una última vuelta.

ACTRIZ.- ¿Sabes dónde se acaban las obras? En el escenario. Si te la montaran esa vuelta sería más fácil.

DRAMATURGA.- Y mira que me había dicho a mí misma que ya que a las mujeres nos cuesta tanto a veces empoderarnos, mis obras solo las iban a dirigir mujeres. Pero es que solo me entran hombres. Estaba dispuesta a venderme.

ACTRIZ.- También está bien que te monten hombres. Que entren en la dinámica de entendernos. Que hagan el esfuerzo.

DRAMATURGA.- Al menos el otro que me pidió la otra obra solo me dice que les encantó pero que al final se decantan por otro texto.

ACTRIZ.- Te queda claro, ¿no? Nada de pedir opiniones. La buena es la tuya. Valórate.

DRAMATURGA.- ¿Sabes lo peor? Que yo también creo que Chéjov es la hostia.

ACTRIZ.- Es que Chéjov es la hostia pero tú eres Laura Freijo. Que por cierto, rima con Chéjov.

DRAMATURGA.- Pero es que ahora solo me vienen personajes que quieren rajar. Será que no voy a trascender. Pero si encima nadie me monta todo quedará en un cajón. Qué desastre.

ACTRIZ.- Escríbeme algo a mí. Algo explícito, obvio, rajante a tope.

DRAMATURGA.- ¿Como Piezas para actrices con lágrimas en el clítoris? Te la paso.

ACTRIZ.- Quien más quien menos tiene una actriz con lágrimas en el clítoris.

DRAMATURGA.- Algunas tienen hasta lagrimones. (Pausa.) Las mujeres en Piezas para actrices con lágrimas en el clítoris no te creas que quedamos muy bien paradas...

ACTRIZ.- Una cosa es la mirada patriarcal y otra el derecho a la autocrítica.

DRAMATURGA.- No sé, a veces dudo de si seguir escribiendo...

ACTRIZ.- Parece mentira que con la de discursos que me has dado para que sea yo misma ahora te veas en esta tesitura, Freijo.

DRAMATURGA.- Ya ves.

ACTRIZ.- Qué buen día hace hoy, ¿verdad? Estoy deseando darme un bañito y estirarme en la toalla al sol un ratito.

DRAMATURGA.- La vida es sencilla. (Pausa.) ¿Sabes una cosa? A mí la obra me gusta, me gusta mucho. 

ACTRIZ.- ¿Me la dejas leer?

DRAMATURGA.- Sí, pero quiero tu opinión sincera.

(Risas.)

ACTRIZ.- Qué bueno vivir en una ciudad con mar, ¿no sientes la brisa?

DRAMATURGA.- Me encanta esta brisita.

ACTRIZ.- Sí. Corre un viento tan rico.

DRAMATURGA.- Lo vamos a pasar bien.

ACTRIZ.- Y un bañito, en el agua.

DRAMATURGA.- Sí, qué buena el agua.

(Fin.)

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