Conocí a Violeta Luna en el Festival A Solas. The Magdalena Project celebrado en los Teatros del Canal de Madrid en septiembre de 2013. El viaje lo hicimos juntas Carolina (Torres Topaga) y una servidora en representación de Projecte VACA y de nuestros propios solos. Aún recuerdo la felicidad y el entusiasmo de la llamada de Carolina el día que me comunicó que nos habían invitado.
- ¿Dónde te has metido? Llevo todo el día buscándote -cierto, tenía varias llamadas suyas perdidas. ¡Nos vamos al A Solas de Madrid! ¡Han dicho sí a nuestras dos propuestas!
- ¡Genial! -y nos reímos y lo celebramos.
Carolina representó con talento y generosidad 'Mi Parce', de Patricia Ariza, en la Sala Verde y por mi parte ofrecí un fragmento de unos quince minutos de 'Soy lo que estás buscando', en un pequeño escenario situado el Hall de la misma Sala Verde. Tuvimos suerte, porque actuamos un martes y el resto de la semana nos dedicamos a disfrutar de las compañeras, los talleres y las otras propuestas.
Toda una experiencia maravillosa, importante, emocionante, conmovedora y catártica, coincidir con tantas artistas y creadoras de diferentes partes del mundo y de España. Intercambiamos creaciones, inquietudes, conversaciones, desayunos, pensamientos, sensaciones, escritos, cielos y luces de la ciudad y otras variantes de esa cosa llamada esperanza, cuya fuente no sabemos exactamente donde se halla pero que cuando mana es un elixir que pronto se expande llenándolo todo de camino. Me atrevo a afirmar que vaciamos y llenamos el depósito de la creatividad de manera inagotable.
Así que asistir ayer tarde al diálogo 'El cos en acció' ('El cuerpo en acción') entre Violeta Luna (México-EEUU) y Carolina Torres Topaga (Colombia-Barcelona), reencontrarme con ambas y escucharlas, fue algo muy hermoso que quisera compartir en estos pedacitos de diálogo que fui anotando mientras hablaban, moderadas por el periodista Pere Ortín que muy atinadamente, las dejó fluir a través de algunos hilos que les fue lanzando.
Carolina Torres.- Yo lo llamo 'Creacción'. Una reacción a algo que está sucediendo. Cuando conocí a Violeta estaba pasando lo de las semillas en Colombia. Ahí hice ‘La papa criolla’.
Violeta Luna.- Me formé con el teatro invisible de Boal. Vengo de la necesidad de que haya otro tipo de compromiso del actor. La obra performántica una no la crea a partir de un libreto, el libreto se hace en las comunidades que vive. Los lenguajes ahí no pueden ser fijos, nos obligan a que sean híbridos, contaminados. Tocamos temas sociales y sigue siendo arte.
Carolina Torres.- Hay una realidad. Entra el testimonio, dejamos atrás la ficción pero se generan nuevos lenguajes.
(***)
Carolina Torres.- La dirección me da un campo de visualización distinto. Cuando el acto performántico es mayoritario se convierte en un acto psicomágico.
Violeta Luna.- ¿Cómo democratizamos las jerarquías habituales del teatro? La interactividad es un motor para saber qué es lo que está pasando. Todo está mezclado. Hablaría más de facilitadora que de directora.
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Violeta Luna.- Nosotrxs lxs mexicanxs somos gente de maíz. Tenemos 300 tipos de maíz distintos y sin embargo cada día mas consumimos maíz de origen dudoso.
Carolina Torres.- Que haya ganado Duque (Iván Duque Márquez, presidente de Colombia) casi me parece mejor porque el país está muy mal y si hubiera ganado la izquierda y no lo levanta, le hubieran echado la culpa.
Violeta Luna.- La política la pongo en el cuerpo. Me quedo un poco con la esperanza de los movimientos que están surgiendo como respuesta a la oleada ultraconservadora, como Carolina. Mientras haya redes, espacios de comunidad, resistiremos.
Carolina Torres.- “Yo me pongo en los zapatos” de los lideres y lideresas asesinados fue una performance colectiva del movimiento 'Pasa la Calle Barcelona' importante frente a lo que está sucediendo en Colombia. Siento que al hacerla se produjo un acto psicomágico. Había un lema ‘El pueblo no se rinde, carajo’. Cada uno y cada una que caían cuando se cantaba su número, un número que representaba a un líder o una lideresa muerta, experimentaba una emoción muy fuerte. Algunos lloraban. Y los 144 que llegaron a caer, se levantaron.
Violeta Luna.- Uso la violencia como un mecanismo de provocación y resistencia. Pero el artista tiene la responsabilidad de decidir. Por ejemplo, utilizar la dramaturgia del cuerpo en la India, no lo hice porque si no lo esencial se pierde.
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Violeta Luna.- Considero que el performance se ha domesticado. Ahora hasta te dan becas.
Carolina Torres.- En 'La Papa Criolla' todos se quedan pensando qué está pasando en el ámbito político. Cuando hicimos una acción en apoyo de los estudiantes en Colombia desde acá, en Barcelona, al principio éramos 5 y la idea era hacer el mapa de Colombia. Dudaron si lo podríamos hacer. Terminamos el mapa de 10 metros frente a la Catedral en hora y media. Pintamos ese territorio y entramos sin zapatos. ¿Cómo debemos cuidar el territorio entre todos? Cada cuál genera su propio pensamiento, su propia acción.
Violeta Luna.- En la gente que viene a ver mis performances, sí me gusta provocar algo. Creo que son esfuerzos que una los hace hasta en la vida misma. Es un trabajo que viene hilado por conversaciones, experiencias, investigaciones. Pero no quiero controlar con lo que se quedan, se quedan con una imagen, con un olor... Trabajo mucho con la intuición, con el inconsciente aunque no con los sueños. El estar trabajando con mujeres que están caminando para buscar a sus hijos genera ya sus propias imágenes.
Carolina Torres.- Para mí primero es una reacción hacia algo. Estamos permeados por todo.
Violeta Luna.- El arte también es una herramienta de reparación, de sanación. No podemos dejar de pensarnos como mujeres, nuestros cuerpos han sido muy violentados.
Carolina Torres.- Con mis amigas nació el grupo “Las Comandantas Clitorianas” con el objetivo de ir a la manifestación del 8 de marzo. Fue genial porque nos empezamos a posicionar y hacíamos más mascaritas por si nos encontrábamos a otras. Quería rescatar ese instante en que solo estás reaccionando.
Violeta Luna.- Lo potente del performance es que no necesitas un espacio sino que puedes ocupar cualquiera. A veces tiendo a ser un poco solemne en mis trabajos pero lo lúdico también está muy bien, como apunta Carolina.
Carolina Torres.- Para mí los límites los encontré, por ejemplo, en una puesta en escena de terrorismo performántico de un festival al que me invitaron, porque no alcanzo a comprender que alguien se llegue a intervenir con ese nivel de violencia el cuerpo. Vengo de un país donde la violencia no es una elección.
Violeta Luna.- Soy muy consciente de las intervenciones que hago en mi cuerpo. Recuerdo cuando hice una performance con agujas de acupuntura que sostenían las banderas de los países en coalición que apoyaron la guerra de Irak. Hubo un momento en que pasada una hora se hizo difícil sostener aquello. También quedan restos de mi performance de este domingo en los brazos. Es importante conocer los propios límites.
(***)
Violeta Luna.- Lo simbólico y la poesía también ayudan mucho. En mi trabajo la imagen me preocupa, es importante.
Carolina Torres.- Sí, en mi trabajo también.
Por supuesto, el final del diálogo fue un intercambio de preguntas y pareceres entre las dos artistas y el público asistente a Casa América. Al acabar, les di un abrazo y las felicité.
Carolina Torres.- Sí, en mi trabajo también.
Por supuesto, el final del diálogo fue un intercambio de preguntas y pareceres entre las dos artistas y el público asistente a Casa América. Al acabar, les di un abrazo y las felicité.
Desde aquí una humilde recomendación, si tenéis ocasión de hacer algún taller con cualquiera de las dos o de verlas realizar sus performances o incluso de cocrear con ellas alguno de sus actos o propuestas, no lo dudéis, implicaos, será una importante experiencia.
Quizás en el Arte no esté la salvación del mundo, pero sigo creyendo que es uno de los caminos que alienta la paz. Tanto la interior como la exterior.
Santa Coloma de Gramenet, jueves 28 de marzo de 2019
(*) Imágenes de Gertrudis Losada Alva.
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