La primera vez que supe de un hombre llamado Pepe Rubianes corría el año 1992. Se llamaba Carlos, era moreno, con rasgos arábicos y largas pestañas negras. Estudiábamos juntos Periodismo. Jugábamos al ajedrez en el bar de la Facultad y era un espíritu libre con novia. Me encantaba. Fue mi última historia sentimental con intenciones heteros. Un día íbamos en su coche por Horta y me soltó una broma estilo Rubianes. Me quedé igual.
- ¿No conoces a Rubianes? - me preguntó como si fuera marciana.
- Scumm, catapum chin pum gua gua guá... -debería haberle contestado.
Aún tendrían que pasar tres años para que mi destino me llevara a cruzarme con Pepe Rubianes. Tal día como hoy de 1995 empecé a trabajar para una productora de teatro llamada Fila 7 y, curiosamente, tal día como hoy de 2009 Pepe Rubianes nos decía adiós.
Fila 7 tenía su sede debajo de la Plaza Molina, en la calle Sant Eusebi 34, donde tantos y tantos recuerdos me sobrevienen cuando paso por allí. Siempre pienso que algún día voy a escribir una obra que hable de todos los personajes y personas que conocí allí, con sus sueños, sus anhelos, sus reclamaciones, sus necesidades, sus espectáculos, sus bondades y sus maravillosas locuras. Y más cosas que quedan para cuando escriba esa obra que aún no sé qué formato tendrá.
Pepe llegó a nuestras vidas en el verano de 1995. En el caso de Toni Coll, regresó. Porque Toni fue la persona que impulsó sus inicios cuando lo vio en Sevilla representando Pay-Pay. Primero, Sergio Dantí se econtró un día con Pepe, por casualidad, en Sitges, en pleno verano y sin apenas bolos; luego Toni se puso en contacto con él. No recuerdo quién llamó a quién. Tuvieron una reunión. De regreso de esa reunión lo que recuerdo es a Sergio pasándome un par de folios con los ítems de la propuesta de fichaje de Pepe Rubianes por Fila 7, para que la redactara.
- Ha dit que sí!! – anunció feliz Toni Coll unos días después.
En aquel documento pasado a limpio en un ordenador de la calle Sant Eusebi estaba el inicio de todo. A partir de ahí, Toni se dedicó a hacer una de las cosas que mejor sabe hacer: potenciar a un gran artista para que de lo mejor de sí mismo y gane dinero. Aunque no siempre lo lograra con todos, claro, porque Pepe Rubianes solo hubo uno y dudo mucho que alguien pueda emular su gesta. Pepe Rubianes y la Extraña pareja son los éxitos más enormes que se han dado en la cartelera de Barcelona y probablemente de todo el Estado Español.
La gira del primer año con Rubianes:15 años golpeó fuerte la agenda de Pepe. Luego recaló en la Villarroel. Tres meses llenando, pero era inviable prorrogar. Por eso Rubianes:15 años se trasladó al Teatreneu. Siguió el lleno total. Después llegó el colofón final. Tras muchas gestiones y reuniones con Balañá: reapertura como teatro de la Sala 1 del Club Capitol, la que ahora lleva su nombre. Más de quinientas butacas de jueves a domingo, y durante una buena época, sábados función doble. Todos los días lleno. Más la gira de los lunes y los martes en carpas y teatros en toda Catalunya, Valencia y Baleares. Toni llegaba al día siguiente con aquellas fotos mal encuadradas y a menudo borrosas en las que se veían colas inmensas que ponían hasta la bandera carpas de mil personas. Como buena gallega que soy (catalano-galaica-española-mexicana, para ser más exactas), desconfiaba un poco de lo que ya empezaba a convertirse en una especie de leyenda. Pepe, con la capacidad que tenía para inventarse las personas, las situaciones, las historias, la vida y el mundo, seguro que se estaba inventando también el público y, claro, con esa imaginación galopante, pues lo contagiaba a toda Catalunya, de tal manera que lo que era invención un día, iba y se hacía realidad al siguiente.
Pepe Rubianes era la estrella de Fila 7. Y la estrella la llevaba personalmente Toni Coll, aparte de su equipo fiel que lo cuidaban al detalle. Así que en la oficina solíamos dar apoyo total a Pepe, pero los tratos directos en mi caso, eran más con otros artistas. Lo escribí aquí en su día cuando recordé a otro de los grandes de la oficina, Carles Flavià. Solo fui a ver a Pepe al teatro dos veces. Una de ellas con mi mejor amiga y ese recuerdo no tiene precio. Impresionante. ¡Qué experiencia ver al flautista de Hamelin encantando a un teatro entregado y abarrotado! Pepe fue una fuente de felicidad para tanta gente que pagar la entrada para verlo era algo muy barato en comparación a lo que se recibía.
¡La amistad! ¡Qué importante en la vida de Pepe! ¡Qué importante en la mía! Recuerdo un día en que Toni entró en la oficina y me hizo su habitual resumen.
- El Pepe està fatal, ha discutit amb el Bozzo i no es parlen.
Me pareció terrible. Me compadecí de Pepe. Correr el riesgo de perder un amigo, qué horror. Conocer este desencuentro de Pepe con Bozzo me hizo obligar a mi amiga Eva que prometiera que si alguna vez nos enfadábamos, una de las dos cedería y buscaría a la otra para arreglarlo. La amistad verdadera es amor incondicional, sin exigencias, generosidad pura, en todos los sentidos. Recuerdo otro día en que Toni entró en la oficina y, despachando temas, me contó cómo durante el fin de semana Pepe había disfrutado de todos sus amigos y amigas en una gran comilona.
- Ha tornat a pagar ell – dijo Toni.
Mi relación con Pepe Rubianes casi siempre fue indirecta. Solía tener noticias suyas cuando le llegaban los textos que redactaba para el dossier o para sus programas de mano.
- Li han agradat molt – decía Toni.
Creo que era verdad porque no recuerdo que me corrigiera nada. Aún hoy veo el DVD de Rubianes solamente a la venta, lo cojo, le doy la vuelta, vuelvo a leer el texto que escribí y le pido disculpas al detectar alguna frase que no me acaba de convencer. Pepe, hoy lo haría mejor.
Otro día llegó Toni y me anunció:
- La Maria es pren un any sabàtic, així que aquesta temporada li portaràs l'agenda de mitjans al Pepe.
Las entrevistas había que concentrarlas en los jueves. Todo el mundo quería entrevistarlo, aunque ya lo hubiera hecho la temporada anterior. A veces algunos periodistas no comprenden que aunque atenderlos sea trabajo e incluso algo bonito, puede ser un cansancio grande estar estupendo y dar lo mejor de sí mismo cualquier día a cualquier hora.
- Laura, ¿me puedes cambiar la entrevista de mañana para la semana que viene?
- Claro, Pepe, no te preocupes.
Bajo mi punto de vista, los medios contribuyeron mucho al auge del fenómeno Pepe Rubianes, pero creo sinceramente que si no hubiera estado tocado por la gracia, jamás hubiera logrado mantenerse en cartel tantos años. La mejor promoción de Pepe era el público. Los medios acompañan, difunden y promocionan, pero no hacen milagros. Si ha habido algún rey en Catalunya, ese ha sido Pepe Rubianes. Hay tanta gente que lo añora que hasta se atreven a aventurar qué diría o qué pensaría Pepe de lo que está pasando ahora. Con respecto a eso, tengo clara una cosa: más allá del misterio, se le hubiera calentado la boca. Digo más allá del misterio porque el Pepe de fuera de los escenarios y de las entrevistas a mí siempre me transmitió un horizonte ignoto. A veces me daba la sensación de que era un ser humano tremendamente catalítico que recogía el sentir mayoritario y se hacía cargo de este sentir aunque quizás luego lo soltara, se recogiera en sus aposentos y escribiera en una de sus libretas alguna de sus muchas verdades. No lo sé.
Una vez me llamó al móvil. Fuera del horario de oficina. Al ver su nombre en la pantalla, flipé. Ni siquiera cuando le llevaba la agenda me llamó al móvil. Era otro Pepe el que llamaba. Pero como sé que a él no le gustaría que contara nada sobre esa llamada, solo deciros que por encima del Pepe showman o el Pepe comprometido con su ideología, estaba el Pepe persona, amante de su familia.
Asistí a la inauguración de la calle que lleva su nombre el año pasado. Había mucha gente, sobre todo personas que me consta que lo amaban. Llegué algo tarde, pero tenía que ir a rendirle pleítesía a alguien que, entre otras cosas, me dio de comer durante mucho tiempo. Me quedé de pie, al final, lejos del escenario. Vi mucha admiración de corazón entre la asistencia y ganas de rendirle homenaje, un homenaje de lo más merecido. Sin embargo, algo me hizo preguntarme ¿qué le parecería a él todo esto? Quizás porque en los casi once años que estuve en Fila 7 hubo siempre un rasgo que me alcanzó de su modo de tomar decisiones: la humildad y, sobre todo, esa enorme contradicción que tienen tantos artistas que, a pesar de una gran exposición pública, siempre están anhelando el anonimato.
Pepe Rubianes, gracias por todo: ¡viva el rey!
(Aparte hacia el cielo.)
Estimado Pepe,
he ido en el autobús que pasa por tu calle, y te confieso que se me hace extraño escuchar Próxima parada Pepe Rubianes. Me entran ganas de inventarme una historia hiperbólica tipo la princesa Plaza Urquinaona se enrolla con el Conde de Fabra i Puig y tienen tres hijitas: Universitat, Sarrià y la niña descalza del Bon Pastor.
Aquí tu gente te echa mucho de menos, pero tranquilo, no saben dónde estás. Dile al Flavià que ya solo lloro por las cosas importantes y que la próxima vez que se presente en uno de mis sueños vocalice, que no le entendí nada.
El Ser Humano sigue como siempre, en eso no hay variaciones. Parece profética tu despedida, hay muchos que quieren hacerte caso y estamos en línea de irnos a tomar por culo. No entendieron nada de lo que en verdad quisiste decir. Pero bueno, es que hay que estudiar mucha filosofía zen antropomórfica galaicocatalana con raíces africanas. Ya sabes, se quedaron en las tapas de los libros y no profundizaron.
Por lo demás, llega la primavera y hoy todxs lxs que te tuvimos aprecio, admiración y cariño te recordamos.
Un abrazo,
Laura
(*) Foto de El Flaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario